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Estaba en una hermosa habitación, las camas eran tan grandes y confortables con una hermosa mesa en la habitación que era en realidad el tronco de un árbol. Gerardo dijo que no podía quitar así que lo mantuvo y es una adición increíble a la habitación.

Las palabras no pueden expresar mi amor por este pequeño pedazo de cielo cerca de Quito! Comidas orgánicas, vino, caballos, pavos reales, patos, pollos libres, café ecuatoriano, aguacates, jugo de mandarina recién exprimido. Impecablemente limpio!

Fabulosa hospitalidad en un ambiente inspirador, curativo y pacífico, me sentí como una reina! Absolutamente recomendable antes o después de su vuelo. Todo está diseñado y construido con amor. Comidas super saludables y sabrosas!